También denominada HLB, esta plaga afecta a los cítricos en general, produciendo la muerte en el mediano plazo cuando un árbol es infectado con bacterias a través de la picadura del insecto, similar y emparentado con los pulgones. Al igual que éstos chupa y se alimenta de la savia de las hojas. Su efecto negativo se manifiesta de diferentes formas que incluyen el manchado amarillento no uniforme de las hojas, es decir, sin un patrón definido la reducción del tamaño de los frutos; estos se tornan cafés al interior y dejan de ser comestibles. Finalmente, el árbol está condenado a morir después de varios años infectado por el agente patógeno introducido por la Diaphorina citri. A nivel nacional, la SAGARPA estableció un control en plantaciones de cítricos y pidió que para la plantación de nuevos ejemplares, solo fueran usados árboles provenientes de viveros con mallas-invernadero antiáfidos (pulgones), además de solicitar que no se plantaran en los medios urbanos, más ejemplares de cítricos, o solo aquellos provenientes de invernaderos controlados con mallas antiáfidos.

Los  tejidos jóvenes de los árboles.

Fumigación químico-manual de difícil erradicación (merma notoriamente la producción mundial de cítricos).
Solución para evitar su propagación es arrancar las plantas infectadas y destruirlas quemándolas.